Apr 30 2008
Los Investigadores en la Universidad de Illinois en Chicago han descubierto cómo algunas bacterias pueden sobrevivir el tratamiento antibiótico girando mecanismos de la resistencia cuando están expuestas a las drogas.
Las conclusión, publicadas en la aplicación del 24 de abril la Célula Molecular del gorrón, podían llevar a antibióticos más efectivos para tratar una variedad de infecciones.
“Cuando tratan a los pacientes con los antibióticos algunos microbios patógenos pueden girar los genes que los protegen contra la acción de la droga,” dijeron a Alexander Mankin, profesor y director adjunto de la Universidad de Illinois en el Centro de Chicago para la Biotecnología Farmacéutica y del principal investigador del estudio. “Estudiamos cómo las bacterias pueden aserrar al hilo la presencia de eritromicina y activar la producción de los genes de resistencia.”
La Eritromicina y un azithromycin y un clarithromycin más nuevos de los antibióticos del macrólido son de uso frecuente tratar infecciones de las vías respiratorias, así como brotes de sífilis, de acné y de gonorrea. Las drogas se pueden utilizar por los pacientes alérgicos a la penicilina.
Los antibióticos del Macrólido actúan sobre los ribosomas, las fábricas de proteína-sintetización de la célula. Una proteína nuevo-hecha sale el ribosoma a través de un túnel que atraviese el cuerpo del ribosoma. Los Antibióticos pueden rechazar una infección asociando al ribosoma y previniendo las proteínas la bacteria necesita de la mudanza a través del túnel.
Algunas bacterias han aprendido cómo detectar la presencia del antibiótico en el túnel ribosomal, y en la reacción, interruptor en los genes que los hacen resistentes a la droga, Mankin dijo. El fenómeno de la expresión antibiótico inducible era sabido hace décadas, pero el mecanismo molecular era desconocido.
Mankin y sus personas de investigadores -- Nora Vázquez-Laslop, profesor adjunto en el centro para la Biotecnología Farmacéutica, y el estudiante universitario Celine Thum -- nuevas técnicas bioquímicas y genéticas usadas para resolver los detalles de su operación.
“Combinando datos bioquímicos con el conocimiento de la estructura del ribosoma haga un túnel, podíamos determinar a algunos de los jugadores moleculares dominantes implicados en el mecanismo de inducción,” dijo a Vázquez-Laslop.
“Investigamos solamente la reacción eritromicina-como a las drogas porque sabían a la mayoría de la genética ya,” ella dijimos. “Puede haber otros antibióticos y genes de resistencia en las bacterias patógenas reguladas por este mismo mecanismo. Éste es apenas el principio.”
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